3.1. Enfoque terapéutico
El tratamiento del pectus excavatum (PE) depende de múltiples factores: severidad de la deformidad, edad del paciente, síntomas funcionales, nivel de afectación psicológica y expectativas estéticas. Los enfoques terapéuticos se dividen en dos grandes grupos: quirúrgico y conservador.
3.2. Tratamiento quirúrgico
3.2.1. Técnica de Nuss
La cirugía mínimamente invasiva de Nuss, introducida en 1998, es actualmente el método quirúrgico de referencia para la corrección del PE. Consiste en insertar una barra metálica curvada por vía subesternal, que empuja el esternón hacia adelante. Esta barra permanece entre 2 y 4 años antes de retirarse.
Ventajas:
- Alta tasa de corrección estética (>90 %)
- Mejoría documentada en función cardiovascular y pulmonar en muchos pacientes
- Reducción rápida del índice de Haller [Kelly et al., 2010]
Desventajas:
- Procedimiento invasivo, requiere anestesia general
- Riesgo de complicaciones: hemotórax, neumotórax, infección, desplazamiento de la barra
- Dolor postoperatorio severo en algunos casos
- Costo elevado y necesidad de hospitalización
3.2.2. Técnica de Ravitch (menos utilizada)
Consiste en la resección de cartílagos costales deformados y fijación del esternón con soporte. Aunque efectiva, es más invasiva y con recuperación más lenta, por lo cual ha sido en gran medida reemplazada por la técnica de Nuss [Fonkalsrud, 2004].
3.3. Tratamiento conservador
Dado que no todos los pacientes desean o necesitan cirugía, se han desarrollado alternativas no invasivas. Estas son especialmente relevantes para niños y adolescentes con deformidades leves a moderadas.
3.3.1. Ejercicios físicos y posturales
Incluyen fisioterapia respiratoria, ejercicios de fortalecimiento torácico y corrección postural. Si bien no corrigen la deformidad estructural, pueden mejorar la tolerancia al ejercicio y la autoestima del paciente [Jaroszewski et al., 2011].
3.3.2. Uso del Vacuum Bell
El vacuum bell (VB) es un dispositivo de succión que se coloca sobre el tórax y genera presión negativa mediante una bomba manual o eléctrica. Esta presión eleva el esternón de forma gradual y sostenida. Fue desarrollado inicialmente por el Dr. Eckart Klobe en Alemania a finales de los años 90 y ha sido validado por múltiples estudios clínicos.
Mecanismo de acción:
- La presión negativa causa tracción hacia arriba del esternón
- Se favorece la remodelación progresiva del cartílago costal
- Con el uso constante (2–5 horas diarias), puede lograrse una corrección significativa en 12 a 36 meses [Haecker et al., 2006]
Ventajas:
- No invasivo, sin anestesia ni hospitalización
- Bajo riesgo de complicaciones
- Puede interrumpirse si no hay progreso o si se decide cirugía
- Bien tolerado en la infancia temprana
Desventajas:
- Requiere alta adherencia al tratamiento
- Resultados menos predecibles en adolescentes mayores o adultos
- Ineficaz en deformidades severas o tórax rígido
- Puede causar dolor leve, enrojecimiento o hematomas transitorios
3.3.3. Criterios para elección de tratamiento
Criterio | Quirúrgico (Nuss) | Conservador (Vacuum Bell) |
---|---|---|
Edad ideal | >11 años | 5–16 años |
Severidad (índice Haller) | >3.5 | ≤3.2 |
Tórax flexible | No excluyente | Requisito clave |
Tolerancia al dolor | Variable | Alta |
Adherencia diaria | No necesaria | Fundamental |
Resultados rápidos | Sí | No (meses-años) |
3.4. Comparación de resultados
Un estudio multicéntrico comparativo (Yüksel et al., 2014) evidenció que:
- La cirugía logra correcciones inmediatas con alta satisfacción, pero con más riesgos y costos.
- El vacuum bell logra correcciones aceptables en hasta 50 % de pacientes pediátricos seleccionados, sin intervención invasiva.
Otra revisión sistemática (Watanabe et al., 2021) sugiere que, en casos bien indicados, el VB puede evitar la cirugía en aproximadamente la mitad de los casos.