El tratamiento del pectus excavatum varía según la severidad de la condición y la edad del paciente. Existen opciones quirúrgicas y no invasivas, cada una con sus ventajas y desafíos.
La cirugía es una de las soluciones más comunes para casos graves. Los métodos quirúrgicos incluyen la cirugía de Nuss, que consiste en insertar una barra para elevar el esternón, y la cirugía de Ravitch, que implica la corrección de las costillas y el cartílago costal. Si bien estos procedimientos pueden ofrecer resultados duraderos, también requieren un tiempo de recuperación considerable y conllevan riesgos.
Por otro lado, las soluciones no invasivas, como el uso de la Vacuum Bell, ofrecen una alternativa más suave y menos arriesgada. Este dispositivo, que se coloca sobre el pecho, utiliza succión para ayudar a corregir la deformidad de manera gradual. Aunque puede tomar más tiempo para mostrar resultados comparado con la cirugía, es una opción menos dolorosa y evita los riesgos quirúrgicos.
