En algunos casos de pectus excavatum, el cartílago costal, que conecta las costillas con el esternón, se desarrolla de manera anómala. Esto puede resultar en lo que se conoce como «costillas abiertas», una condición en la que las costillas no se alinean correctamente con el esternón, creando una apariencia prominente o desalineada en el pecho. Las costillas abiertas son una de las principales causas de la deformidad visible en los casos más graves de pectus excavatum.
Aunque las costillas abiertas pueden no causar dolor directamente, la deformidad puede afectar la función del pecho y, en algunos casos, llevar a problemas respiratorios. El tratamiento de las costillas abiertas generalmente implica cirugía para corregir tanto el cartílago costal como el esternón. Sin embargo, en algunos casos menos graves, los métodos no invasivos pueden ayudar a mejorar la forma del pecho.