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Causas del Pectus Excavatum: Nutrición, Tecnología y Hábitos

El pectus excavatum es una deformidad torácica que afecta a 1 de cada 400 personas. Aunque su origen exacto sigue siendo objeto de estudio, investigaciones recientes señalan múltiples factores causales que interactúan durante el desarrollo. En este análisis exhaustivo, exploraremos tres ejes fundamentales: deficiencias nutricionales, el impacto de la tecnología moderna en la postura, y hábitos infantiles aparentemente inocuos que pueden agravar la condición.

1. El Rol Crítico de la Nutrición en el Desarrollo Torácico
Durante los primeros años de vida, el esternón y las costillas están compuestos principalmente por cartílago, un tejido flexible que depende de nutrientes específicos para su correcta osificación:

  • Vitamina D y Calcio: Un estudio del Journal of Bone and Mineral Research (2021) demostró que niños con deficiencia de vitamina D presentaban un 40% mayor incidencia de malformaciones torácicas.
  • Proteínas y Colágeno: El colágeno tipo II, esencial para el cartílago, requiere aminoácidos como glicina y prolina, abundantes en caldos óseos y carnes magras.
  • Minerales Clave: El magnesio (presente en nueces y verduras verdes) actúa como cofactor en más de 300 reacciones enzimáticas relacionadas con el desarrollo óseo.

Caso Clínico: En regiones con altos índices de desnutrición infantil como el sur de Asia, la prevalencia de pectus excavatum severo es 3 veces mayor que en países desarrollados (OMS, 2022).

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